Adiós 2023

Pues llega fin de año y es momento de que los seres humanos hagamos un repaso de nuestro 2023, reflexiones, pongamos nuevos propósitos para 2024 y no los cumplamos. Porque somos así. 

Cada año intentamos ser mejores personas, hacer mejor las cosas, cambiar algo. Y yo creo que lo conseguimos. No todo, claro está, pero algo conseguimos. Tal vez la clave resida en aprender de los errores del año anterior, y, sobre todo, de aceptarlos. Hemos de reflexionar sobre el pasado pero también hemos de aceptar que el daño que hemos podido causar, que los errores que hemos cometido para con otros y para con nosotros mismos, hemos sido nosotros. Así como también hemos de aceptar que lo bueno -lo que hemos dado, lo que hemos aportado- también hay que aceptarlo. Para poder avanzar, a veces, hay que dar un paso atrás.

Por tanto, ya habiendo explicado por qué escribo estas cosas cuando acaba el año, vamos a decirle adiós a 2023.

Bueno, empecemos con lo que importa: la pandemia del COVID-19 fue hace 3 años ya. Pero, como cualquier virus, pues no se ha ido, ahora tenemos covid y gripe. Ya sabemos que el tiempo se mide según los años que hayan pasado desde la pandemia del 2020. Aparte de este hecho, ha sido un año muy movido: la economía mundial aún no se ha recuperado, la democracia parece que está en jaque, tenemos otra guerra más en el panorama mundial, la concentración de CO2 en la atmósfera sigue subiendo... Vamos, que estamos casi peor que nunca. 

Ha sido un año bastante movido. No sé si soy yo, pero parece que cada vez hay peores noticias: incendios, inundaciones, sequías, muerte... Todo mal. Siento que cada año acumulamos situaciones y momentos horribles hasta que alcancemos un punto de no retorno. Y no sé si soy la única pero tengo miedo de llegar ahí. No quisiera llegar. Aunque, a veces, lo que hace falta es justamente que todo explote, porque sin caos no hay orden, ¿verdad?

¿Creéis que llegaremos a ese punto? ¿Y qué pasará después? Seguramente nos toque solucionar un desastre de una magnitud bastante grande. Tal vez sea inevitable, tal vez haya que aceptar esto para poder cambiar las cosas. 

En cuanto a las buenas cosas, creo que esto es algo individual. A mí las buenas cosas que me han pasado son: ver un amanecer en la playa con mi madre, ver el atardecer mientras paseo a mi perrita, conocer a mi nueva perrita Kate, comer dulces, tener todo lo que necesito para vivir con tranquilidad, poder abrazar a las personas que quiero, disfrutar con ellas, recuperar aquello que yo disfruto de hacer... Y tener salud. Que está muy infravalorado pero es muy importante. Salud física y salud mental. 

Tal vez pensar en esas pequeñas cosas nos ayude a mitigar el malestar general de la situación. Quizá nos ayude a seguir adelante. 

Pero desde aquí mando un mensaje: poner parches no soluciona NADA. 

Cuando pienso en que en un futuro puede estallar todo, que será un caos, que quizá me quede sin nada, como cientos de otras personas, lo que siento es frustración. Una frustración horrible, acompañada de rabia, de dolor, de tristeza. Odio la frustración. Es esa emoción que te dice que no puedes hacer nada y tienes que resignarte pero no quieres. Así que nos empequeñecemos. 

No caigamos. Puede que sea ahora complicado verlo, que esa frustración nos eche atrás, que incluso nos digan que no todo el mundo hará nada, pero algo que no me canso jamás de repetir es que este mundo es como esa situación en el instituto en que de repente dejamos la comodidad de arrastrar las mochilas cargadas de libros para llevarlas a la espalda y sufrir. Nadie quiere, pero todos pensamos que si cambiamos nadie nos seguirá. Basta con que alguien dé el primer paso. 

Así que, adiós 2023. Gracias por mostrarnos que hemos hecho mucho mal y que va a costar mucho cambiarlo, pero vamos a hacerlo. Este 2024 quiero ser de las primeras que dé el paso. 

¿Quién se une?

TheWriter

Comentarios

Entradas populares de este blog

¿Qué es una DANA?

Reflexión 02/09/2024: Sobre mi blog

Reflexión 18/10/2021: Cambios