Estrés y ansiedad
Buenas noches, días o el momento del día en que leáis esto.
La de hoy trata sobre un pequeño tema del que me he dado cuenta... hace muy poquito.
Empezando desde el inicio, desde hace ya años sufro ansiedad, lo que no es estrés. Este último año decidí ya de una vez ir al psicólogo. Y así me he hallado estas últimas semanas. Especialmente, las sesiones de esta y la anterior fueron bastante intensas... al punto de casi llorar. Al parecer aún quedan muchas heridas que sanar, que curar y tratar.
El hecho está en que la ansiedad suele aparecer en situaciones de "alerta". De repente, porque sí, sin más motivo, tu sistema nervioso decide que estás ante un potencial peligro, que verdaderamente no lo es, como el entrar a una habitación de gente que no conoces. Peligro. Como si hubiera una leona ahí acechando para atacarte. Pero se sufre así. Empiezan las taquicardias, sube la temperatura, respiración entrecortada. Como si estuvieras corriendo, haciendo ejercicio. Tienes la adrenalina por las nubes. En mi caso hasta desaparece el apetito, y no vuelve hasta mucho después. Incluso más síntomas.
Quise empezar a tratar esto con un profesional para poder aprender a gestionarlo porque ya llegaba a afectar bastante gravemente a muchos aspectos de mi vida.
Entonces, claro, la clave es llegar al origen de todo esto. De por qué empecé a sentirme así, qué me causaba ese miedo, cuál es el desencadenante de un ataque, de que se me dificulte la respiración.
Por qué esa ansiedad.
Durante muchos años, nunca creí que podía ser... lo que no se esperaba de mí. Me esmeraba mucho por dar una imagen de mí acorde con las expectativas que creía que eran... la norma. Trabajadora, brillante, constante,... Pero nunca dejaba espacio para sentir, para permitirme experimentar todas las emociones. Para llorar, para reír. Solía autocastigarme por darme ese permiso para disfrutar. Era una especie de autómata: solo seguía lo que se esperaba de mí. Repudié partes de mí misma, las evité durante muchos años. Me prohibí hacer cosas que "no eran propias de alguien como yo", sin saber siquiera quién era ese "yo", porque cuando me veía al espejo solo veía un robot, un ordenador que hace lo que se le ordena y ya.
Me sentía como un corazón encerrado en una jaula. Una jaula que yo misma me ponía. Un corazón roto porque no lo cuidaba.
Y resulta que este año... Me toca abrir esa jaula y coger esos pedacitos y juntarlos.
Y tengo miedo. Porque ahora estoy aprendiendo a ser yo. Y resulta que ser yo implica aceptar todas esas partes que evitaba porque, curiosamente, también son yo.
Por qué esa ansiedad: porque evitaba ser yo y me tenía y tengo miedo a mí misma.
Y es que no hay mayor miedo que a uno mismo. Porque queremos cumplir con lo que se espera de nosotros, porque queremos ser algo que no somos... pero sobre todo porque interiormente, sabemos que no somos como nos pintan, que somos mucho más, y muchas veces tenemos miedo de abrir ese baúl lleno de tanto y aceptarlo. Lo malo y lo bueno.
Para mí este momento es como estar frente a una yo física, que es todo lo que no me he permitido estos años, y, en vez de enzarzarme en una pelea con ella, aceptarla, con lo bueno y lo malo. Eso primero, y eso ya haría un cambio inicial en mí.
Así que desde aquí: mirémonos más al espejo, pero de verdad, y no solo para "vernos".
Y también desde aquí: gracias a los que estáis en este proceso, por vuestra paciencia, cariño, apoyo y amor.
TheWriter
Suerte y ánimo en este proceso de aceptarte a ti misma al 100%. Y me alegro que estes tratando la ansiedad con la ayuda de un profesional. Nadie es perfecto ni debería pretender serlo por el que dirán o por mantener una imagen con la que ni si siquiera te sientes indentificada del todo. Se fiel a ti misma y a tus sentimientos y verás que te sentirás mejor.
ResponderEliminarNECESITAS ver Encanto lo antes posible. Esta entrada entera podría haber sido literalmente escrita por Isabela.
ResponderEliminarWhat else can I do? Totalmente identificada
EliminarEste comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar