Criaturas I
Una nueva última oportunidad Parte I
Una nueva última oportunidad Parte II
Capítulo 1: Del origen y características generales de las criaturas
¿Qué es una Criatura? Están
a punto de conocer uno de los grandes secretos de este Universo… y del todos
los demás.
Se trata de una especie
de extraordinarios seres, parecidos a los humanos, aunque solo en aspecto.
Si empezamos por el
principio, nos remontamos a los inicios de este cosmos, poco después de la
disminución del Vacío inicial (véase cap.1); cuando las energías y las
fuerzas iban de aquí para allá, en un caos, construyendo y destruyendo a su
paso. En esos “momentos”, cuando ni siquiera existía el tiempo o el espacio
mismo, cuando solo era “algo”, surgieron unas formas, de la energía que
viajaba. Las conocéis: son estrellas, agujeros negros, son planetas y son
galaxias… Aunque tal vez no de las mismas características que las actuales, ya
que tras miles de millones de años algo debe de haber cambiado.
Y además de ellas, hubo
otras formas más concretas, diferentes al resto de materia que las rodeaba. De
alguna manera, la energía consiguió agruparse en una curiosa forma que le
permitía… acabar de existir. Se define la vida, en un significado más abstracto
que científico como todo aquello que puede morir. Al principio, estas formas
vida eran simples, muy simples. Viajaron por todo el universo primigenio,
definiéndose en concepto y conciencia. Se toparon con otras energías, con
fuerzas que las moldearon, una y otra vez. Una de todas estas fuentes, la más
rápida y radiante, fue la que más creció, y que a su vez cambió al resto.
Siento así la primera Criatura, la Criatura de la Creación, ya que a su paso
todo crecía, todo se formaba de cero. Hacía colisionar estrellas que estallaban
en miles de pedacitos brillantes; cerraba y abría agujeros negros, túneles que
conectaron con otros universos, dispuestos todos ellos en un vacío existencial;
intercomunicados ahí, expandiéndose, llenando, si es que este verbo puede
usarse para definir el fenómeno que se producía entonces, el Vacío. Pudieron
transcurrir siglos, o solo minutos, ya que el tiempo era algo inexistente aún.
No había forma de saber cuánto pudo durar el trabajo de estas energías… Pero
finalmente se asentaron en uno de los planetas, que cambió, muy curiosamente, a
su forma y necesidad. Se adaptó a ellas, pues así lo quiso la Criatura de la Creación.
Y así nacieron las Criaturas.
Imaginad a una brizna de
hierba transformarse en esa forma física de los humanos y muchas otras especies
que habitan en el universo. ¿Cómo sería? Algo frágil, no tendría huesos ni
músculos… Más bien dispondría solo de células con una pared celular, que sería
lo que la mantendría erguida como sucede en las plantas terrestres, que la
sostuviera. Sus ojos serían muy diferentes a los de un humano: sin párpados ni
pestañas, ni siquiera córnea, solo una enorme pupila, para captar la luz solar.
Sus brazos serían otras ramitas de césped; y bailarían con el viento ligero,
como sus piernas o su sola pierna. No tendría ni cabello ni nariz, y muy
seguramente tampoco boca. ¿Y cómo se desplazaría, si es que pudiera hacerlo?
Sería un interesante y curioso,
¿verdad? Pues millones de estos seres poblaron ese planeta. Criaturas de los
árboles, de los animales, del agua… Capaces de cambiar de forma: de su estado
como algo vivo con una apariencia que actualmente se conocería como humanoide,
a un estado más primigenio, más “natural”. Y capaces de dominar ambos estados.
Pero sobre todo, lo que las hace especiales es que pudieron surgir, pudieron
generarse y ser como son porque en una especie de conciencia entendieron cómo
funcionaba eso que dominan, ese poder característico. Podían ver las cientos de
miles de moléculas que conformaban el agua, y usarlas, una a una; o cambiar la
circulación de los aires,…
Imaginad a estos seres,
en ese planeta desierto, dando vida, construyendo su hogar. Primero las cuatro
grandes Criaturas: agua, tierra fuego y aire. Del agua surgieron muchos otros
organismos vivos, parecidos a peces de la Tierra y a vegetales de un planeta de
la cuarta dimensión; en la tierra sucedió lo mismo, fuego y viento las
siguieron. El planeta cambió, se dejó cambiar, más bien. Las criaturas crearon
su casa, su hogar, según sus necesidades. Y allí vivieron.
Pero todavía más poderoso
y fascinante fue el nacimiento de tres Criaturas. De la luz de las estrellas
que rodeaban el planeta, nació una conciencia que tomó una forma física
parecida a las criaturas que observó bajo ella: la Criatura de la Luz. Pero no
puede haber luz sin oscuridad, y aunque las estrellas iluminaban, e iluminan,
el extenso universo, sigue habiendo oscuridad. La Criatura que pudo dominarla
nació casi a la vez que la de la luz. Chocaban mucho, pues por supuesto era
completamente diferente. Sin embargo, había “espacio” para ambas. Podían
coexistir, y debían, ya que la existencia de una dependía de la otra: Ying-Yang.
No obstante, sus consciencias eran todavía más caóticas que las del resto,
excepto la Criatura de la Creación, que las vigilaba de cerca. De uno de estos
choques, ambas energías se mezclaron y dio lugar a otra, mucho más caótica, si
cabe. La Criatura de la luz y la oscuridad, así la llamaron: el Equilibrio.
La última Criatura de la
que debemos hablar es la primera aquí mencionada: la Criatura de la Creación.
Se la conoce con muchos otros nombres. Para los terrícolas que lean esto, les
sonará “dios”, uno o varios, aunque en este último caso están algo equivocados.
La energía primera que comenzó a tomar consciencia de sí misma y terminó
cobrando vida. Era la más poderosa, y pocas veces se la veía en la Tierra de
las Criaturas. Se dice que tiene su propia dimensión. Su propio hogar, donde se
retira después de viajar por el universo, o mejor dicho, por los universos. Es
capaz de percibir todo lo que ocurre. Crea vida y vida destruye. Pone las
normas que rigen el universo, muchas de las cuales ya han sido descubiertas
para los diferentes pueblos que habitan en el cosmos pluridimensional.
No habría ninguna otra
que pudiera igualar su poder…
¿O sí?
Un poder supremo, formado
durante mucho “tiempo”, expandiéndose a la vez que el universo, alcanzando
todas dimensiones. Viajando como energía y atravesando los portales como una
fuerza. Sin seguir ley física que se haya descubierto, ni norma que se haya
escrito. Así es el amor, y así es la Criatura capaz de comprenderlo y usar su
poder, de igual magnitud que la Creación. La Criatura del Amor es única entre
todas. Nació después de ellas, y fue elegida por el mismo Amor. La Criatura del
Amor, la primera de todas las que ha habido hasta el día de hoy, existiendo ya
un tiempo, se enamoró de la Creación… Y las consecuencias de ese amor… Bueno,
eso es otra historia.
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