Reflexión 07/09/2022: El futuro negro que se avecina
Para todas esas personas de mi generación, de generaciones anteriores y posteriores que se encuentran en la misma tesitura: el futuro tan negro que tenemos delante.
Para todas las
generaciones pasadas que digan que ellos también tenían un futuro negro, por
favor absteneos de invalidar nuestros sentimientos y espero que pronto crezca
la flor de la empatía en vuestros corazones egocéntricos.
Comencemos, ¿sí?
Pongamos primero el
contexto de esta entrada/post/reflexión:
Tras una pandemia de unos
dos años y medio, tras el comienzo de una guerra, tras uno de los veranos donde
hemos perdido más cobertura vegetal, tras saber que estamos dejando la Tierra
hecha una M… Tras recibir noticias sobre una profunda crisis económica que se
avecina, pues como que al pensar en el futuro nos frustramos, un poco, mucho,
en exceso.
Millones de personas
jóvenes buscarán estos años su “lugar en el mundo laboral”. Muchas tendrás
suerte, pero la mayoría no. Se invalidarán sus conocimientos y se criticará la
educación que ha recibido. Otros habrán optado a alguna beca, y seguramente no
se la concedan por la cantidad de condiciones innecesarias que pone el
gobierno. Y otros querrán emprender, pero últimamente les gusta a los de arriba
poner trabas para los autónomos. Entonces luego, después de este panorama
laboral, muchos de esos millones de jóvenes se irán, saldrán de España a buscar
trabajo en otros países, donde algunos encontrarán lo que buscan y otros no.
Pero lo más gracioso de
todo esto serán esas personas que critiquen esa decisión de emigrar, serán esos
que, ya teniendo su carrera hecha y su trabajo fijo, critiquen a los jóvenes
por su “falta de profesionalidad” o “porque son unos vagos que no quieren
trabajar”, claro, trabajar sin contrato, o con contrato reducido, pero a
jornada completa sin apenas vacaciones. Esas personas que vean el ser
funcionario como la estabilidad y desestimen la opción de ser cualquier otra
cosa para sus hijos. Serán esos que critiquen a los jóvenes por no “no saber”
pero hablen con incoherencias.
Y nosotros habremos de
callar porque somos jóvenes y no sabemos nada de la vida.
Sin embargo, oh,
sorpresa, sí sentimos. Sentimos primero un miedo enorme al futuro que se nos
viene porque no sabemos cómo encontraremos la estabilidad, porque sí, señores y
señoras de pasadas generaciones, queremos una casa, queremos una familia, y
queremos establecernos. Sentimos frustración por no saber qué va a suceder con
la economía, por no saber cómo podremos seguir adelante. Sentimos miedo por
nuestra familiar, por no conocer si podrán pagar, si deberemos ayudarlos.
Sentimos miedo, sentimos rabia, dolor y mucha incertidumbre porque quizá, ya
que no tendremos estabilidad, nuestras relaciones afectivas de pareja puedan
verse negativamente afectadas. Sentimos también miedo por el resto de las
personas y por el planeta, porque vemos que se están pasando por alto muchos
problemas. Nos sentimos insuficientes, gracias a toda esa propaganda sobre lo
poco que valemos y la mala educación que recibimos y, por supuesto, nuestra
falta de experiencia vital.
Sentimos una ansiedad por
el futuro tal que, no sé si soy la única, a veces pareciera que lo mejor es
apagar e irse.
Pero la realidad es que
valemos, es que somos suficientes, es que somos capaces de aprender y
adaptarnos, es que, pese a la cantidad de información negativa que recibimos a
diarios, nos levantamos y seguimos luchando. Nos preocupamos, nos informamos
sobre cuestiones que cada vez se hablan más, damos importancia a muchos temas
que nunca antes se habían comprendido. Intentamos crear una sociedad más
igualitaria, más empática.
Y recibimos juicios,
críticas y malas miradas de muchas personas que en su momento fueron jóvenes y
sintieron lo mismo que nosotros.
Así que a todas las
personas que hoy leen esto y que se identifican con ello, no estáis solos,
vamos a lograrlo aunque tengamos que quemar el mundo, y cerraremos muchas
bocas, porque al final la mejor venganza es demostrar que uno puede cuando
nadie creyó ti.
Pero sí, el futuro es más
negro que el universo. Lo único que tenemos seguro es hoy, y ahora más que
nunca.
Mucho ánimo.
TheWriter
Es verdad lo que comentas. Pero no es menos cierto que las metas se alcanzan por muy altas que parezcan. Cada vez son más personas más que lo consiguen, eso sí, con el esfuerzo diario y la mente , siempre, puesta en ese objetivo. Sin abandonarlo por más obstáculos que las personas o el mundo quiera poner. Al final, la escalera se sube y se lleva al último peldaño. Hay muestras evidentes de que los jóvenes lo consiguen. Por poner un ejemplo de máxima actualidad:Carlos Alcaraz, reciente número uno del tenis mundial con 19 años. La actitud es la que importa y no lo que la gente diga. Ánimo y fuerza, seguro que lo conseguirás. Estás sobradamente capacitada.
ResponderEliminarLa actitud en todos los aspectos. Pero sí es cierto que pensar en lo que se viene abruma y a veces solo querría que un meteorito cayera y ya acabase con todo. Ja,ja, ja.
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