Criaturas V: Criaturas del Aire
Capítulo 5: Las Criaturas del Aire
Las siguientes son las Criaturas del Aire. Etéreas, no se las ve. No tienen ojos, ni boca, son aire. En su forma más corpórea solo podrían diferenciarse una cabeza y la mitad de un cuerpo humanos. Sus brazos se extienden en largas alas, de una materia muy fina, que las ayuda a volar a través de las corrientes de aire. Un cuerpo grisáceo y semi transparente es lo único visible de ellas.
Su aliento lleva las
nubes por todo el planeta, y luego las dejan a merced de las Criaturas del Agua
para que la lluvia caiga. Cuando se enfadan, las hacen chocar
indiscriminadamente entre sí, y soplan vientos muy fuertes, y la luz de los
relámpagos, generados por las Criaturas del Fuego, llega hasta los ojos de los
seres del planeta.
Controlan el aire, desde
la más débil brisa hasta la tormenta más imponente. Pueden alzar las olas
metros y metros, crear grandes huracanes que despeguen árboles del suelo y
transportar durante miles de kilómetros pequeños trozos de todo material
existente. Suelen ser temperamentales, desatando también verdaderos fenómenos
destructivos que causan graves daños en tierra; y muy volubles, cambian
radicalmente los vientos según les parece.
Son las más
independientes de todas. Su labor consiste en mantener la circulación de las
atmósferas, y cambiarla, cuando así se requiera; sin embargo interactúan con
todas sus compañeras, y ayudan a cuidar de los seres que vuelan por el cielo.
Poco se puede decir de
ellas pues son las más difíciles de ver. Vuelan alto, y no descienden a no ser
que sea necesario o así lo quieran. Ellas hacen, y luego las consecuencias se
sufren. No con maldad, pues, al igual que el resto de Criaturas, han de mantener
un hermoso y delicado equilibrio del que todos somos.
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