Reflexión 01/03/2024: Ser buena persona


 Buenas, buenas,

Hoy hago un llamamiento a las buenas personas. Justo a inicio de mes, vamos a reflexionar sobre lo que significa ser buena persona en una sociedad como la nuestra. 

La primera pregunta que debemos hacernos es, claramente, qué es ser buena persona. ¿Acaso pudiera ser hacer donativos a las ONG? ¿Rescatar perritos abandonados? ¿No usar el coche y elegir transporte público y la bici? ¿Ser vegano? ¿Luchar por los derechos de otras personas? ¿Ser feminista? O ¿todo lo contrario?

Tenemos claro, sin embargo, que hay una serie de atributos que hacen de alguien buena persona: ayudar a las personas que lo necesitan, no juzgar... Y a veces, pecar de ser demasiado buena persona. Porque, para mí, eso es lo que significa, verdaderamente, ser buena persona: no saber poner límites y, consecuentemente, que se aprovechen de ti. En muchas ocasiones, las buenas personas se crean tras años y años de tratos irregulares, de exigencias y juicios, de bullying. Son personas a las que han roto, a veces por dentro y por fuera, y que, sabiendo lo que significa sufrir, no desean lo mismo para el resto.

Pero, y es un pero importante, más a menudo es encontrar a personas que han sufrido y, de ello, se han transformado, no en buenas personas, sino en la clase de gente que hace sufrir. Considero que de los traumas se puede salir de dos maneras: o bien acaba una sin saber poner límites, o bien se transforma en aquello que la hizo sufrir. De la primera salen, en su mayoría, buenas personas. De la segunda salen aquellas que suelen comentar algo así como: "Eres demasiado bueno, se van a aprovechar de ti", "Te van a dar muchos golpes"... Frases que he oído toda mi vida, y que, quienes me las han dicho son aquellas personas que han cumplido. Así que, en muchas ocasiones, parecen ser más profecías que advertencias. 

Ser buena persona en una sociedad en que se premia la competencia agresiva, las críticas destructivas disfrazadas de "ayuda para mejorar", el aprovecharse de otras por considerarlas débiles (aka buenas personas) y el ser igual. Sobre este último punto vamos a hablar, pues tiene relación con esa transformación hacia no una buena persona. Parece existir cierta obligatoriedad, en la sociedad, por ser como el resto, por no mantener una serie de valores y dejarse llevar por la corriente. Pero también existe una necesidad de no ser buena persona justo por el miedo al abandono, al rechazo, a ser otra víctima de esas que sufren. Y es mucho más probable sufrir si eres buena persona.

Así que nos encontramos con una sociedad que es, prácticamente, una jungla por la noche. Y las buenas personas son animales diurnos con mucha más probabilidad de morir. 

Ser buena persona es difícil, porque hay que elegir entre lo fácil y lo correcto, y no son lo mismo. Es difícil porque aprender a poner límites con empatía y asertividad es difícil, porque ser buena persona requiere de tiempo... Pero sobre todo porque ser buena persona es mirarse al espejo y aceptar que nunca seremos buenas personas. Porque, seamos sinceros, quien esté libre de pecado que tire la primera piedra. 

Lo más fácil en la sociedad es dejarse arrastrar por esa necesidad y obligatoriedad de la que hemos hablado, por no mirarse al espejo y curar nuestras roturas y desgastes. Y es fácil porque, como hemos dicho, si aceptamos que podemos cambiar y que podemos ser mejores, aceptaremos que podemos sufrir más. Así que es mucho más fácil no ser buena persona porque, de esa manera, se crea un escudo protector frente a la jungla social. 

Finalmente, concluyo así: ser buena persona es aceptar que se es mala persona. Nos dejamos llevar por la sociedad, actuamos según unos traumas y un sufrimiento y, para no sufrir más, elegimos repetir los mismos comportamientos que los que ya vivimos. Así, tal vez, no volvamos a experimentarlos en nuestra propia piel. 

ThWriter.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Primera universidad

Reflexión 12/06/2019: Familia

¿Qué es una DANA?