Capítulo VII: Las Criaturas de la Oscuridad y la Luz
Las Criaturas del Agua, la Tierra, el Aire y el Fuego no fueron las únicas en surgir de la consciencia de las energías primigenias. Antes de ellas, de la Nada habían aparecido otras formas de energías, diferentes a los Elementos. No eran, sin embargo, débiles. Estas se movieron rápido, ocuparon cada hueco. Aunque invisibles la vista de cualquier ser del universo en el que habitamos, su acción no pasa desapercibida: atraen y repelen, colisionan y destruyen, crean. Son las energías que constituyeron la materia que hoy conocemos.
Una de las dos que surgieron conformó lo que algunos físicos de la Tierra humana denominan la materia oscura. Una especie atómica de gran fuerza que está presente en todo el universo, en todas las dimensiones y en todos los organismos vegetales, animales, minerales y sus derivados. Es poderosa, pero no insaciable: permanece oculta, en las sombras del universo, otorgando forma , fuerza y energía a todos los cuerpos -planetas, estrellas, nebulosas, galaxias, portales entre dimensiones... De ella se alzó una Criatura: la Criatura de la Oscuridad, o Criatura Oscura.
Llamada así por su apariencia de sombra, la Criatura Oscura vive entre la materia oscura, en un constante caos e invisibilidad completa. Allí donde va provoca el desorden de la materia. Este caos le otorga poder, pues de esa vorágine de sombras no tiene límites, ya que el caos solo puede aumentar. Pero no ha de existir la confusión: la Criatura Oscura no es mala, tan solo sigue el curso natural de la materia y la energía que la constituyen. Y, al igual que el resto de Criaturas, es necesaria para el funcionamiento del universo y de todos los seres vivos.
Es muy esquiva, no se muestra ante nada ni nadie... excepto ante su opuesta: la Criatura de la Luz, o Criatura Luminosa.
La estela de la energía oscura sufrió una transformación: la materia que la componía se ordenó y, con ello, quedó visible para el resto de Criaturas y de futuros seres del universo. A diferencia de la Criatura Oscura, la Luminosa vive en un estricto orden, también siguiendo las normas del universo. Pero es más complejo existir en la Luz que en la Oscuridad: todas sus acciones son visibles y repercuten de forma más directa en los seres del cosmos; además, ha de conseguir mantener la materia ordenada, tarea difícil pues la ley natural es la tendencia hacia el desorden. La Criatura de la Luz suele relacionarse más con los todos los seres de todos los planetas, estrellas y dimensiones del universo.
El poder de la Criatura de la Luz es equiparable al de su hermana Oscura: ninguna es más ni menos que la otra. Es, de hecho, necesario su coexistencia en el cosmos para asegurar el cumplimiento de las normas naturales establecidas por la Criatura de la Creación. El paso del orden al desorden y vuelta al anterior. En un constante bucle, que ha de perdurar hasta el infinito del espacio-tiempo en que habitamos. Una no podría existir sin la otra. Ambas energías surgieron de una misma aparecida de la Nada mucho antes, están conectadas; sus consciencias proceden del mismo lugar y momento.
Ellas lo saben. Saben que están unidas por la eternidad.
Algunos pueblos de distintas dimensiones también lo saben y han representado esta unión de distintas maneras […]. En la Tierra, la más conocida es el llamado Ying-Yang. Esta idea refleja de una manera muy precisa el necesario entendimiento entre lo bueno y lo malo, lo blanco y lo negro, lo alto y lo bajo; entre los opuestos, que a la vez son iguales pues dentro de un lado está el otro. El Ying-Yang se simboliza con una forma redondeada partida a la mitad. Una parte blanca y otra negra, dentro de cada una de ellas, un círculo del color opuesto. Una Criatura de Luz y otra de Oscuridad; la materia luminosa está presente en la oscura y viceversa.
Es importante recordarlo, ya que todos los seres de este gran universo estamos conformados por ambos tipos de energía y materia: luz y oscuridad. Y, de la misma manera que tenemos rasgos luminosos, los tenemos oscuros. Y unos no existen sin los otros, pues todos son uno. Un único ser. Una única energía. Como el símbolo del Ying-Yang que, aunque dividido, es un círculo completo en el que coexisten opuestos pero iguales.
Así son las Criaturas de la Oscuridad y la Luz: dos hermanas eternas unidas por la energía universal de donde surgieron sus consciencias, destinadas a estar juntas a la vez que separadas.
Pero hubo otra... Una Criatura que, artificialmente, tomaría forma de ambas energías... Pero para eso deberían pasar cientos de años, de siglos y de milenios...
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