Criaturas IX: Las Criaturas del Amor

<<Y fue “amor” como se llamó a ese algo. Caótico, sin normas. Dominaba el resto de poderes de las otras Criaturas...>>.


Aún sigue siendo un misterio cómo surgió el Amor y lo es más la Criatura del Amor...

Remontémonos hasta la invención de las leyes y el tiempo. En la Nada no existen el espacio ni el tiempo ya que no existen consciencias -no podemos hablar de vida- ni inicio ni fin de ellas. Es un constante vacío, aunque no es el que conocemos hoy día, pues en el vacío que los seres humanos conocen puede existir el espacio y pueden existir consciencias -que no vida. En cambio en el vacío de la Nada, no.

Como sabemos, las Criaturas fueron consciencias surgidas de las energías de esa Nada. Ellas surgieron de la Energía Creadora Primigenia, que dio lugar a la que sería la Criatura de la Creación. No obstante, el cómo apareció esta energía y cómo tomó consciencia es algo que solo la Criatura Creadora conoce. De la primera Criatura surgieron las demás: las Criaturas del Fuego, Agua, Tierra, Aire y las Criaturas Oscura y Luminosa. La Criatura de la Creación estableció las normas del universo, de las reacciones que en él sucedían; creó el tiempo con el inicio y el fin de las consciencias. Ordenó la material en un espacio físico en las partículas resultantes de las actividades de las Criaturas siguieran unos patrones y unas reglas. Creó mundos enteros y planos de realidades diversas llamadas dimensiones. Creó puentes entre ellas... Pero hubo algo que nunca consiguió dominar: el Amor.

El Amor no fue como las otras energía, y tampoco lo sería la Criatura del Amor. 

La energía que dio lugar al Amor también apareció de la Nada, pero fue mucho después del resto. Mucho después de las normas que rigen el Universo, mucho después de que las Criaturas Oscura y Luminosa lo completaran con sus materias, mucho después de que se creara la vida. Ninguna de las otras Criaturas sospechaba que aún quedara suficiente energía para que otra consciencia se alzara, ni siquiera la Criatura de la Creación; ni del caos que desataría. El Amor apareció de repente y poderoso. Escapó de la Nada y se movió por todo el universo mucho más rápidamente que cualquier otra Criatura lo hubiera hecho. Su poder era único: dar consciencia de lo que nos rodea, de su influencia en nosotros y dar consciencia del resto de consciencias, o lo que hoy en día llaman en muchos pueblos, empatía. La capacidad de entender lo que el resto de nuestro alrededor está sintiendo, de llegar a tener esas emociones y poder experimentar que todas las consciencias están unidas. Era un poder increíble. Ni la Criatura de la Creación pudo dotar a las consciencias que creó y a sus seres de tales capacidades.

Pero había algo más que el Amor podía hacer: desobedecer las normas preestablecidas de la Creación. Iba dando saltos a lo largo de todo el espacio, entre dimensiones y planos; y no solo saltaba en el espacio, sino también en el tiempo. La Criatura Creadora se dio cuenta de que sus seres eran capaces de recordar a sus compañeros aun después de dejar su cuerpo material y volver al estado original de consciencia. Incluso fue capaz de hacer a las Criaturas sentir esas otras consciencias, esas emociones y la empatía hacia el resto de sus compañeras. Y lo más curioso de todo: se cree que, en su origen en la Nada, el Amor ya era de por sí una consciencia, que decidió escapar de la Nada. Algo totalmente distinto al resto de Criaturas, que desarrollaron sus consciencias a la vez que crecieron. 

Insólito. 

La Criatura de la Creación no podía creer cómo había podido suceder aquello. Todo su universo, todas sus normas, destruidas por esa caótica energía. Ella misma había comenzado a tomar consciencia de cómo la situación le repercutía: se sentía -era capaz de sentir- extrañada, confusa, aterrada, asombrada. Y estas emociones la hacían sentirse aún más extraña. Las otras Criaturas sufrían la misma situación: todas descolocadas por el Amor. 

Pasaron mucho tiempo "conviviendo" con el Amor. Nunca se acercaron a él. Tan solo observaban. La Criatura de la Creación alguna vez intentó tomarlo y darle una forma y una consciencia, mas fue inútil. Ni las Criaturas Oscura y Luminosa pudieron hacer nada para evitar que el Amor jugara con sus materias y transformara una en otra. 

Y así el Amor "se incorporó" a la "vida" en el universo: creando caos y descontrol, sinsentidos de emociones y consciencias que, en muchos casos consiguieron hacer verdaderas maravillas mientras que en otros hubiera sido mejor que no se metiera.

De hecho, en una de sus aventuras, el Amor hizo que una Criatura del Agua y otra del Fuego consiguieran unir sus consciencias, lo que luego conocerían como enamoramiento. Pero eso ocurrió muchos años después, milenios de tiempo tras la primera creación del ser humano y del planeta que habitó, la Tierra. Y es justo en este planeta donde comienza la historia de las Criaturas del Amor. Donde la Criatura de la Creación encontró en la Primera Criatura del Amor nuevas formas de consciencia que la llevaron a un mar de sentimientos, y que acabó con una maldición sobre el que fue su planeta favorito de todos los creados. 

Y esa es nuestra siguiente historia. 


Los humanos hace poco descubrieron una radiación a la que llamaron radiación de fondo de microondas, que llenaba el universo... Los ilusos consideraron que esta radiación no era más que una onda, cuando verdaderamente es la energía residual que ha permanecido del Amor tras sus viajes por el universo.


El amor no tiene normas. No conoce de reglas, de espacio ni de tiempo. 

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