Reflexión 01/02/2025: El poder de la palabra

 <<Las palabras son, en mi no tan humilde opinión, nuestra más inagotable fuente de magia. Capaces de infringir daño y de remediarlo>>.

    Albus Dumbledore, Harry Potter y las Reliquias de la Muerte.

El otro día estuve oyendo un podcast que me encanta. En el episodio la entrevistadora hizo la siguiente pregunta: ¿Por qué están triunfando las ideas de "ultraderecha"? El invitado, doctorado en Ciencias Políticas, contestó lo siguiente: "Porque no hablamos lo suficiente con otras personas". No hablamos entre nosotras, como personas distintas y, por tanto, no conocemos ni entendemos nuestras diferencias, lo que nos lleva a no respetarlas. 

¿Tiene razón? 



Las diferencias de los humanos: Dios los cría y ellos se juntan

¿Cuántas veces no habré oído esa frase? Los seres humanos nacemos con muchas cosas en común. De hecho tenemos un 99.9% de ADN en común. Las diferencias que corresponden con ese 0.1% son: tono de piel, color de pelo y de ojos, forma del cuerpo, altura... Diferencias que pueden percibirse a simple vista, que no elegimos. Tampoco elegimos las otras cosas que nos distinguen: dónde nacemos, en qué condiciones económicas sociales y políticas. Tampoco elegimos las otras diferencias que vienen con el paso de la vida y el ganar experiencias: nuestra ideologías, nuestros valores, nuestras preferencias y gustos... Estamos bastante condicionadas por todos lados. 

Pero algo que sí elegimos es mantenernos en nuestras esferas. 

Dios los cría y ellos se juntan. Ellos eligen quedarse con las personas a las que son similares. Ellos eligen quedarse en su círculo de experiencias parecidas. Ellos deciden no salir de sus zonas de confort, de lo que conocen. Eso crea que los seres humanos nos centremos tanto en nuestra  propia realidad que nos olvidemos de que, de hecho, no es ni una realidad, al menos no completamente. Nos volvemos ciegos y sordos ante el resto de vidas, a no ser que sean un poco parecidas a las nuestras. 

La capacidad que ha desarrollado el ser humano para ser indiferente a todas estas realidades y aceptar únicamente la propia como válida... ¿Cómo ha conseguido la sociedad evolucionar entonces? ¿Cómo hemos podido llegar a poblar toda la Tierra? ¿A desear frenas guerras?

Debe de haber algo que frene esa indiferencia y nos conecte.


La empatía contra la indiferencia

Para vivir en comunidad de manera armoniosa la evolución dotó al ser humano de un poder: la empatía. La capacidad de entender lo que otras personas, por diferentes que nos parezcan, sienten es algo extremadamente importante para conseguir una sociedad que no se autodestruya. La empatía es lo que ha salvado a los seres humanos en muchas ocasiones. Es lo que nos ha empujado a rebelarnos contra las injusticias, a luchar por los derechos de todas las personas, a defender a aquellas que lo necesitaban. Sin la empatía nos habríamos quedado en las cuevas. No habríamos buscado mejorar nuestras formas de vida.

Pero la empatía es difícil y dolorosa. 

La empatía nos abre los ojos a realidades que preferiríamos no ver, no conocer. Porque nos horrorizan, nos hacen sentir frustración y rabia. El observar la realidad tal cual es nos genera emociones muy fuertes que no son fáciles de gestionar. La realidad de hoy día son las injusticias, la sobreestimulación, la ignorancia... y, sobre todo, la imposibilidad de hacer algo bien ya que todo tiene truco; no podemos fiarnos de nada; no es fácil tener un pensamiento crítico... Al menos si usamos solo informadores externos y no vamos a la fuente real: las personas.

¿Tan difícil es preguntarle a alguien qué tal? La empatía es, justamente, el arma que debemos usar en estos momentos de nuestra historia, ya que es la única que verdaderamente nos acercará a un relato más objetivo y fidedigno de lo que sucede. Hablemos, preguntemos, escuchemos. La empatía son palabras. Seamos empáticos para con el resto de personas. No juzguemos, solo empaticemos. Si conseguimos hacerlo, si conseguimos olvidarnos de todo el ruido de fondo, de todas las confusas informaciones, entonces lograremos llegar a un punto común y podremos encontrar una forma de mejorar nuestra realidad y la del resto.

No se trata de tener un alto cargo, ni de tener dinero, sino de usar el verdadero poder que todas las personas poseemos: la empatía. Eso sí es poder. 

La empatía es, ahora mismo, lo único que nos va a salvar de lo que parece una inevitable ruptura de la humanidad. Hablemos.

TheWriter.

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