¿Por qué decimos que solo conocemos un 5% del océano?
¿Por qué decimos que solo conocemos el 5% del océano?
Seguramente has oído esta frase más de una vez. Seguramente referida a esas zonas tan profundas del océano, como la Fosa de las Marianas; al desconocimiento de las especies marinas. Seguramente se te venga a la cabeza un megalodón nadando por ahí o un calamar gigante... Esta frase, sin embargo, se refiere a mucho más que solo las profundidades marinas y que solo la biodiversidad.
La Oceanografía es la disciplina que estudia los océanos. Su origen es bastante antiguo: comenzó cuando los humanos nos hicimos a la mar. La necesidad de conocer cómo navegar, por dónde y por qué fue lo que la desarrolló. Hoy en día, cuando alguien habla del estudio del mar, de la carrera de Ciencias del Mar, suele pensarse en bichitos y plantitas del mar, pero no. El océano y su comprensión son mucho más profundas: guiarse a través de las estrellas, saber cuándo se avecina tormenta por las olas del mar, percibir el cambio de las estaciones por la migración de las aves y el cambio de la morfología de la playa, saber cuándo no es bueno meterse al agua, dónde hay una corriente de retorno o un remolino que puede provocar la muerte, incluso; cómo pescar y dónde; usar las corrientes marinas para navegar, como atajos para que el viaje dure menos... Todo ello y más es la Oceanografía.
No es de extrañar, en absoluto. Es algo que conecta a todas las culturas del mundo: el uso de cualquier masa de agua para navegar y contactar con otros pueblos, para obtener alimento, para defenderse... El mar no tiene fronteras y eso es lo que nos recuerda que los seres humanos, tampoco.
Hoy veremos 2 cosas sobre el océano que aún no conocemos, que no siempre tienen que ver con las profundidades:
1. ¿Cómo fijan el nitrógeno las bacterias del océano?
Aunque no lo creamos, la mayor parte de la biodiversidad en los océanos se encuentra en la superficie y es vida microscópica: el famoso plancton. El problema es que saber exactamente cómo vive el plancton es difícil. Sabemos que existe una cadena trófica cuya base (vegetal, digamos) es el fitoplancton compuesto por microalgas y otros organismo fotosintéticos, como las cianobacterias. Para realizar la fotosíntesis, se necesita nitratos entre muchas otras cosas. El problema es que en el océano hay muy poco nitrógeno así que los organismos tienen que ser creativos. Y cuando hablo de creatividad me refiero, por supuesto, a adaptaciones fisiológicas y metabólicas para obtener el nitrógeno.
Un ejemplo son las bacterias fijadoras de nitrógeno atmosférico (N2). Son capaces de tomar el nitrógeno de la atmósfera, donde hay en gran abundancia, y fijarlo en sus estructuras para luego convertirlo en nitratos. Pero no sabemos cómo, exactamente, funciona esa fijación a nivel molecular. Los retos en el estudio de este proceso son: la variabilidad y abundancia de especies y, por tanto, de formas de fijar el N2; el muestreo, toma y gestión de las muestras; y al falta de estudios genéticos que permitan identificar qué genes son los encargados de la fijación.
En el artículo se habla del ejemplo del género Trichodesmium spp.(Fig.1) una bacteria bastante abundante pero con gran variabilidad de especies.
2. Las migraciones verticales del zooplancton
Como hemos comentado, la mayor parte de las especies del océano se encuentra en el plancton. Ya hemos visto que dentro del fitoplancton aún existen cuestiones abiertas. Y el caso del zooplancton es bastante similar. A pesar de lo que podamos pensar, en el zooplancton no solo existen organismos microscópicos sino también larvas de diferentes especies de peces o de invertebrados, incluso algunos invertebrados en sí. Es un grupo muy diverso y 100% heterogéneo, por lo que conocer exactamente cómo funciona es muy complicado.
Desde el siglo XIX se conoce que el zooplancton migra: los científicos de aquel momento podían observar que algunas especies aparecían y desaparecían a lo largo del día siguiendo un ciclo. Estas migraciones son verticales y pueden darse durante el día (migración vertical diaria) (Fig.2), o durante las estaciones del año (migración estacional), además de otras según el tiempo que dure el ciclo de migración.
Además de las ya explicadas hay otras que todavía nos quedan por descubrir. Por ejemplo, todavía no hemos descubierto cómo exactamente se pasa la energía del aire al agua para formar las ondas del oleaje, la predicción 100% fiable del viento, los minerales de los sedimentos marinos de zonas profundas, la biodiversidad que nos queda por conocer de los organismos microscópicos...
Por supuesto, no son las únicas. Aquellas que implican futuras consecuencias nos son también bastante desconocidas: cómo afectará el deshielo al pH marino, cuánto subirá el nivel del mar en cada costa del mundo, el cambio de las corrientes marinas debido al calentamiento de la atmósfera y, por tanto, del agua... Todas ellas tendrás implicaciones importantes para el desarrollo de las sociedades humanas. No saber qué sucederá es bastante aterrador, ya que no estaremos preparadas para afrontarlas.
TheWriter.
Comentarios
Publicar un comentario