Criaturas II: Criaturas del Agua
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Criaturas II: Las Criaturas del Agua
Las Criaturas del Agua
SON el agua. Incontenibles, indomables, poderosas y enérgicas. Como el agua.
Fluyen entre las corrientes de agua marina y dulce, pasando de la una a la otra
como quien entra y sale de su casa. Pueden volverse agua, transformarse en los
millones de moléculas que la conformas, o adquirir una forma más humanoide.
Aunque resaltaremos algunas diferencias.
Primero no tienen sangre,
ni sistema circulatorio, como lo conocen otras especies. No tienen órganos. Son
transparentes, aunque la mayor parte de las veces suelen ser azules, ya que,
como sucede con los mares y los lagos, el color del cielo se refleja en el agua
transparente y quedan de esta manera azules, o verdosas, o grises, según el día
que haga. Con su pelo ocurre lo mismo, aunque la sustancia de la que está hecho
no es la misma que en el resto de su forma corpórea. Se trata de fibras muy
débiles, por lo que flotan y se mueven con gran libertad en el agua. Al igual
que muchos animales que viven en el agua, tienen branquias, de un color lila,
que usan para poder “respirar” pues no es que tengan células como tal que
precisen de oxígeno, sino que constantemente necesitan sentir que entra y sale
gas de su cuerpo; ya que el agua está constante intercambio de gases con el
medio que la rodea. Sus manos y pies terminan en largas aletas que usan para
impulsarse en su medio, del mismo color que las branquias. De ellas, bajo el
agua, solo podrían verse dos grandes ojos azules, sin pestañas; y unos labios,
como los peces, muy rojos, tal vez por la necesidad de distinguirse entre
ellas, ya que no tienen sangre que les dé ese color, como si sucede con los Homo
sapiens en la Tierra.
Algunas partes de su
cuerpo están recubiertas por escamas, con cierta coloración, para así hacerse
ver, como las luces de los coches que usan en gran parte de los planetas. Su
piel transparente es un tejido único. No existe en ningún otro lugar, ni en los
rincones más secretos del universo pluridimensional. Les permite soportar
grandes presiones cuando nadan hacia la profundidad del océano, así como
quedarse en una zona intermareal, al sol durante largo tiempo, sin llegar a
secarse y morir.
Son muy volubles, como el
agua, pero no tanto como el aire. Son divertidas, les gusta jugar y disfrutan
mucho de ello. Usan las corrientes, y son capaces de generarlas, para ir de un
lugar a otro. En el mar hay muchas, aunque en los ríos solo suelen vivir dos.
No obstante, su piel también es capaz de regular el intercambio de sales, por
lo que pueden pasar de un medio salado a uno dulce, sin cambiar ni afectar nada
de su fisionomía.
Las Criaturas del Agua en
los lagos son más solitarias. No salen de su entorno ya que es difícil que una
balsa de agua en medio de ninguna parte pueda conectar con un río, pero no
imposible, sobre todo cuando los ríos nacen de lagos. En ese caso, las
criaturas entran y salen, a veces quedan allí, flotando entre las capas de
agua.
En todas las aguas del planeta
donde viven (así como en las del resto), cuidan de la vida que allí reside, así
como lo hacen las demás criaturas cuyo medio es el agua. Pues las Criaturas
salieron de su planeta a otros, para ayudar a formarlos.
Si alguna vez veis dos
grandes ojos azules mirándoos cuando estáis bajo el agua, no os asustéis, lo
más seguro es que tan solo quieran jugar con vosotros. A diferencia de las
leyendas de las sirenas, las Criaturas del Agua no usan baladas para llevar a
marineros al fondo del mar y matarlos, o comen otros seres vivos, ya que, como
he dicho no tienen órganos. Al ser capaces de controlar un medio inerte, no precisan
de comida ni bebida, ni de sueño. Es el agua materializada en una forma
corpórea.
Podéis llegar a pensar en
todos los organismos vivos de vuestro planeta, pues existen allí donde las criaturas
viven. De allí salieron, y salen, y se asentaron en otros lugares y se
mezclaron con las especies que vivían por esos lares. Y hoy en día, en nuestro
tiempo, ahí siguen, en su forma humanoide…
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